* Nira estudia tercero de Educación Especial y Anna primero de Educación Social. Juntas llevan el taller de estudio asistido cada martes y jueves en una escuela de Cerdanyola del Vallès, en Barcelona. Según cuentan, trabajar con estos niños es toda una aventura de la cual siempre aprenden cosas nuevas. “Ellos crecen, peró yo también lo hago con ellos” explica Nira.
Como ellas, son muchos los universitarios que han optado por dedicar su tiempo libre al voluntariado. De hecho, según la Fundación Solidarios para el Desarrollo, vinculada a la Universidad Complutense de Madrid, el perfil de voluntario en España es el de una mujer universitaria de entre 20 y 25 años.
Un valor añadido para tu futuro profesional
Laura es estudiante de la Universidad Autónoma de Barcelona. Durante su tiempo libre acompaña y da apoyo a la unidad de atención diurna de demencias del Centro Sanitario Albada de Sabadell, en Barcelona. Según ella, esta actividad no sólo le ha permitido vivir una experiencia solidaria, sino que le ha ofrecido una formación integral. “Ser un buen profesional no sólo es dominar el campo de conocimiento, sino también tener una mirada sobre lo social”, afirma Laura.
En este contexto, el voluntariado también es un valor añadido a la hora de buscar empleo, ya que la persona demuestra que sabe trabajar en equipo, utilizar bien los recursos y que posee buenas cualidades para dirigir tareas.
“Ser voluntario da habilidades y competencias útiles para el mercado laboral pero sobre todo para ser mejor persona”, explica Arancha Cejudo, responsable del portal HacesFalta.org. Ejerciendo un voluntariado, por ejemplo, se aprende a trabajar bajo presión, a trabajar en equipo y con personas muy diversas, a dar lo mejor de uno mismo en una actividad y a expresarse y comunicarse; “son capacidades sociales y no tanto técnicas, interesantes también en los procesos de selección” de las empresas, añade Cejudo.
Una oferta cada vez mayor
Cada vez son más la universidades que facilitan a sus estudiantes el voluntariado a través de fundaciones vinculadas al centro de estudios.
En Madrid, por ejemplo, existe la Fundación Solidarios para el Desarrollo, vinculada a la Universidad Complutense de Madrid. Esta entidad trabaja, sobre todo, con colectivos en situación de exclusión social, como inmigrantes o personas sin hogar. Por su parte, la Universidad Autónoma de esta ciudad cuenta con la Oficina de Solidaria y Cooperación. En ella, los estudiantes encuentran ofertas de voluntariado en clave estatal e internacional.
En Barcelona también existen varias fundaciones de este tipo, como Món-3, la entidad vinculada a la Universitat de Barcelona. Esta organización cuenta con una amplia oferta de formación en el campo del tercer sector y con proyectos de cooperación internacional. El trabajo con colectivos en riesgo de exclusión es la especialidad de la Fundació Autónoma Solidaria, vinculada a la Universidad Autónoma de la capital catalana.
Las universidades on-line no son una excepción, la Universitat Oberta de Catalunya es un ejemplo de ello. Campus para la Paz permite a los estudiantes formarse en este campo de la cooperación a la vez que les acerca de forma práctica a este mundo.
La Universitat Jaume I de Valencia, la Universidad de Deusto en Bilbao y la Universidad de Sevilla son otros de los centros de estudio que cuentan con fundaciones de este tipo.
* Ariadna Gálvez