'Qué hace la misión de las Naciones Unidas en el Congo? Por qué, si esta desde el 1999, la guerra aún no se ha acabado?', se pregunta. Y es que la misión que las Naciones Unidas tienen en la RD del Congo, formada por 17.000 soldados, no supo impedir que, en el mes de agosto pasado, la guerra recrudeciese en aquel país.
En agosto, en efecto, el dirigente rebelde tutsi, Laurent Nkunda, comenzó una ofensiva en las provincias más orientales, limítrofes con Ruanda, con el argumento de proteger la minoría tutsi congoleña de los rebeldes hutus que, según dice, tienen el apoyo del gobierno de Kinshasa. El presidente congolès, Joseph Kabila, niega la acusación y echa en cara a Nkunda que, bajo el paraguas del gobierno rwandès, quiera controlar las minas de cobalto y coltan de la región. Estos minerales se emplean para fabricar cámaras de fotos, teléfonos móviles, ordenadores y aparatos similares.
Es precisamente el control de estas primeras materias la causa de las últimas guerras del Congo, según Víctor Nzuzi. ' Hay una complicidad internacional, favorecida por las empresas multinacionales, que necesitan coltan, oro, petróleo y gas, para desestabilizar el territorio. El auténtico malo de la guerra son las riquezas que nos quiere tomar, no que nos gusté matarnos.'
En agosto, en efecto, el dirigente rebelde tutsi, Laurent Nkunda, comenzó una ofensiva en las provincias más orientales, limítrofes con Ruanda, con el argumento de proteger la minoría tutsi congoleña de los rebeldes hutus que, según dice, tienen el apoyo del gobierno de Kinshasa. El presidente congolès, Joseph Kabila, niega la acusación y echa en cara a Nkunda que, bajo el paraguas del gobierno rwandès, quiera controlar las minas de cobalto y coltan de la región. Estos minerales se emplean para fabricar cámaras de fotos, teléfonos móviles, ordenadores y aparatos similares.
Es precisamente el control de estas primeras materias la causa de las últimas guerras del Congo, según Víctor Nzuzi. ' Hay una complicidad internacional, favorecida por las empresas multinacionales, que necesitan coltan, oro, petróleo y gas, para desestabilizar el territorio. El auténtico malo de la guerra son las riquezas que nos quiere tomar, no que nos gusté matarnos.'